5 propuestas para fortalecer la cultura empresarial en tiempos de aislamiento.

Por qué es importante? (Especialmente en condiciones de trabajo remoto)

Según expresa Simon Sinek en Start with Why, "Los clientes nunca amarán a una empresa si antes no la aman sus trabajadores".

La cultura de la empresa, por tanto, constituye uno de los intangibles de mayor valor.

Un estudio de Comportamiento organizacional realizado por Gallup refleja que las empresas con una cultura de adaptación al cambio atraen a trabajadores con mayor compromiso y productividad, y enfrentan menos ausentismo y rotación. Esto ayuda a un mejor desempeño financiero y una mayor satisfacción de los clientes.

Los autores de un artículo en Deloitte Insights consideran que la cultura empresarial es un tema de la alta dirección y no sólo de Recursos Humanos. "Cultura y compromiso es el tema más importante que las empresas enfrentan actualmente en el mundo", porque se convierte en el vehículo para atraer talentos, dado que a los jóvenes con mayor capacidad les interesa más las empresas donde puedan aprender y sentirse a gusto, que la perspectiva de un salario un poco mayor en una empresa que esté fuera de las tendencias.

La cultura de la empresa incrementa el valor de la marca en ocasiones más que la publicidad, especialmente porque disfruta de una credibilidad mayor.

El impacto de la cultura en la productividad se manifiesta de múltiples formas. Los trabajadores que disfrutan la cultura de la empresa se enferman menos, son más creativos y se comprometen más con los objetivos de sus equipos, lo cual genera un círculo virtuoso que absorbe a los nuevos que se incorporan y se extiende a los clientes que se convierten en los principales promotores de la marca.

Pero el fortalecimiento de la cultura requiere de una estrategia que en tiempos de aislamiento se torna un poco más compleja, y para ello, sugerimos considerar los aspectos siguientes:

1. Defina, comunique y viva los valores de la empresa

Resulta fundamental que todos conozcan los valores fundamentales de la empresa, y que estos se manifiesten en el comportamiento y decisiones que diariamente se transmiten. Ello debe reforzarse constantemente con el reconocimiento a quienes actúan de acuerdo a estos valores, así como a los resultados que los reflejan.

Es importante recordar que la existencia de directivos que no actúen de acuerdo a los valores resulta peor que no enunciarlos.

2. Estructure los procesos de reclutamiento e inducción con base en la cultura y valores de la empresa.

En una ocasión, Francisco Alcántara, director de Grupo SIM, nos comentaba que "Les interesa contratar a los mejores, pero sobretodo, los que mejor puedan trabajar juntos", haciendo una clara referencia a que quienes no logran asimilarse a la cultura de la empresa terminan haciendo una contribución menor y perjudican la armonía del equipo.

3. Utilice las herramientas que mejor se ajustan a la cultura de su empresa.

Es importante seleccionar plataformas de comunicación, intercambio y difusión que permitan reflejar las características del equipo, y otorguen la libertad de incluir la expresión de emociones de una forma tan cercana como sea posible a la del intercambio personal.

Los trabajadores deben sentir en todo momento que pertenecen al equipo y comparten con sus colegas no sólo las tareas relacionadas al trabajo, sino las emociones y experiencias de vida.

4. Promueva las pláticas informales y no sólo las estrictamente relacionadas al trabajo.

Es común en cualquier centro de trabajo que los trabajadores tengan conversaciones en áreas comunes que a veces no están directamente relacionadas con las tareas, pero contribuyen a fortalecer los lazos de colaboración. Estas conversaciones suelen perderse en los esquemas de trabajo a distancia, pero resultan de gran importancia para mantener la cultura de la organización y el compromiso en los miembros del equipo, por lo que la dirección de la empresa debe contribuir a que no se pierdan, de un modo que no interfiera en su espontaneidad.

5. Identifique y acepte las peculiaridades

En una empresa grande, con los equipos trabajando de forma remota, se pueden generar estilos diferentes para resolver los problemas que, si logran coexistir dentro de los valores y la cultura de la empresa, generan sub culturas que añaden dinamismo y amplían los alcances de la organización. Aunque resulta de gran utilidad identificarlas, se ha comprobado que resulta eficiente permitir que fluyan con independencia.